martes, 15 de noviembre de 2011

MI AMOR ETERNO, AINHOA.


Hola Hija, mi pequeña Ainhoa, hoy hace 5 años y 8 meses de tu partida y hace mucho que no te escribo, aunque no por eso dejo de llevarte dentro en lo más profundo de mi ser, de mi alma y de mi corazón. Ese corazón que se quedó tocado el día en que te fuiste, y que no volverá nunca a ser el mismo. Formas parte de nuestra vida, vives en tu mami, y en tu papi (tu pachurri como tú decías) y en todos y cada uno que no te han dejado de querer, que no se han olvidado de ti, de tus OJOS, de tu SONRISA, de tu preciosa carita y de esa dulzura y esa BONDAD que nos dejaste a todos, como ejemplo a seguir. Veo tus ojos a cada paso que doy, en casa, en las flores, en el azul del cielo y la orilla del mar, en las gotas de lluvia y en el color del arco-iris, siento tu presencia en cada brisa que me acaricia, y en cada olor agradable a flores cuando estoy en el campo y principalmente encuentro tus ojos en los de tu hermanita CARLA, que como sabes, es un bichín inquieto, que no para en todo el día, para darnos esa actividad que nos hace falta para no dejarnos decaer, y conseguir hacernos ver la vida de otra manera.
Que hubiera sido de mí sin tu mami, esa mujer fuerte que me agarró desde el primer dia, y dijo: NO, no puedo dejarte caer. Tu NO. Seguro, que con tu ayuda, no cesó en el empeño de traer al mundo a tu hermanita Carla, y ha ido tirando de mi para que no arrojase la toalla, o mejor dicho, para que la volviese a coger, y tenderme la mano cada vez que me veía caer en este camino tan largo y duro que es el duelo por tu partida, camino que no acaba nunca, que encontrará su destino el día en que, confío, nos volvamos a encontrar y esta vez para siempre en esa VIDA ETERNA en la que no existe el dolor. Eterna como el amor que te tenemos AINHOA, ese que no muere, que no se pierde, que es infinito y para siempre, eterno y que no es comparable con ningún otro, sin menospreciar a los demás. Como hemos dicho siempre, EL AMOR DE PADRE Y UNA MADRE POR SU HIJO/A NO MUERE, y TU NO MORIRAS, MIENTRAS EXISTAMOS TU MAMI Y TU PAPI PARA RECORDARTE SIEMPRE en cada momento, en cada lugar. JUNTITOS, AINHOA, lo conseguiremos. Llegaremos al final, aunque tengamos que caernos muchas veces, somos y seremos una familia de CUATRO para siempre. SIEMPRE JUNTITOS HIJA, como tu decías. TE QUIERO HIJA, MI AMOR ETERNO. UN BESO HASTA EL CIELO.



2 comentarios:

Jose Ramon Santana Vazquez dijo...

...conmovedor relato ,aquel me uno para darle a AINHOA un saludo de parte vuestra ;seguro que le llegará
y con el todo el cariño que le dais,
desde mis HORAS ROTAS , un fuerte abrazo a los tres.

j.r.s.

Anónimo dijo...

Os leo desde hace mucho tiempo.
Vuestros escritos son de un amor inmenso.
Mi saludo más sincero.

Lourdes. Castellon.